Hepatitis Autoinmune (HAI)

La HAI es una enfermedad causada por una “desregulación del sistema inmune”. En condiciones normales este sistema nos protege de virus, bacterias, etc, y no genera daño en nuestro propio cuerpo. A veces, en personas con cierta predisposición genética, puede ocurrir que las células del sistema inmune comienzan a “atacar” a diferentes órganos. Cuando esto se produce en el hígado, se llama Hepatitis Autoinmune (HAI).

Es decir que es una entidad autogenerada. No te la contagiaste, ni contagias.

El diagnóstico se establece mediante la conjunción de varios factores. O sea no es en base a un solo elemento, sino en base al armado de un rompecabezas complejo, en el que las piezas que hay que encastrar son:

Datos Clínicos

  • Es más común en mujeres que en varones
  • Puede ocurrir a diferentes edades (infancia, adolescencia y adultez, particularmente luego de la menopausia)
  • Suele acompañarse de otras enfermedades autoinmunes, como por ejemplo: problemas tiroideos, artritis reumatoidea, ojo/boca seca, lupus, etc

Datos Bioquímicos

Son estudios de laboratorio que el médico solicita para evaluar determinados parámetros, como por ejemplo el hepatograma. En la HAI, suele estar alterado, aunque lo más común son fluctuaciones de sus valores

Los autoanticuerpos son una parte importante del diagnóstico, aunque hay que saber interpretarlos: no toda persona con un autoanticuerpo detectable, tiene HAI. Es fundamental evaluarlos en el contexto adecuado. Cuando están presentes, en título alto, en alguien con alta sospecha, son de gran ayuda para el diagnóstico.  Sin embargo, una persona puede tener HAI y no presentarlos (HAI seronegativa)

Biopsia hepática

  • Es un procedimiento invasivo que brinda mucha información
  • Permite entender el grado de afectación hepática (fibrosis)
  • También nos permite ver si están presentes elementos característicos de esta enfermedad

Respecto del tratamiento, es en base a corticoides (diferentes dosis para cada caso y para cada momento), y además se suele agregar algún otro fármaco inmunosupresor, lo que permite ir bajando las dosis de los corticoides en forma segura. Al estar inmunosuprimido, se detiene el brote agudo de la enfermedad, pero a su vez, las personas son más propensas a adquirir infecciones, por lo que es muy importante la vacunación. También deben estudiarse los huesos (ya que los corticoides generan osteopenia y osteoporosis), controlar la glucemia y la presión ocular.

Cirrosis

Es el estadio más avanzado de las enfermedades del hígado. Lo más común es que se la asocie al consumo de alcohol, aunque esto no es la única causa. Muchas otras enfermedades crónicas del hígado, e incluso ciertos fármacos, pueden causarla.

Básicamente se trata del reemplazo del hígado normal, por fibrosis (“cicatrices”). A medida que se va desarrollando la fibrosis, el hígado pierde su forma y tamaño normal y, además comienza a dejar de funcionar.

Hay que entender al hígado como “una fábrica” de sustancias que hacen falta en el organismo, y al mismo tiempo, como un gran “filtro” que detiene (metaboliza) ciertos compuestos que pueden resultar perjudiciales. En la cirrosis se van perdiendo ambas funciones.

Hay dos grandes momentos o estadios de la cirrosis:

  • Cirrosis compensada
  • Cirrosis descompensada

La primera puede durar muchos años y lo más habitual es que la persona que la padece no se da cuenta e incluso todos los estudios de sangre pueden ser normales.

En la segunda etapa, la descompensada, es cuando empiezan a ocurrir las consecuencias de esta enfermedad hepática. Es habitual el desarrollo de:

  • Ascitis (acumulación de líquido en el abdomen) y edemas en los miembros inferiores
  • Infección de la ascitis y más propensión a infecciones en general
  • Várices esofágicas y/o gástricas
  • Problemas renales, cardíacos y pulmonares
  • Encefalopatia hepática (trastorno neuro-psiquiátrico)
  • Carcinoma hepatocelular (hepatocarcinoma)
  • Otras…

Todos los tratamientos que se dan en la cirrosis, son para manejar los síntomas y las complicaciones. El único tratamiento definitivo es el trasplante hepático

Las personas que presentan cirrosis deben ser seguidas por especialistas en hepatología y realizar diferentes chequeos vinculados a las complicaciones que pueden presentar:

  • Endoscopías
  • Ecografías
  • Estudios de laboratorio (sangre y orina)
  • Densitometría ósea
  • Ecocardiograma
  • Otros….

Además deben recibir vacunas

El hepatólogo determinará el momento oportuno para ser derivado y evaluado para trasplante hepático

Colestasis

Se llama así al grupo de afecciones que alteran la producción, circulación o excreción de bilis desde el sistema hepato-biliar hacia el intestino.

Puede ser por problemas hepáticos ó extrahepáticos (o sea puede originarse en el hígado o fuera de él).  Algunas de las causas son:

  • Colangitis Biliar Primaria (CBP)
  • Colangitis Esclerosante Primaria (CEP)
  • Cálculos biliares
  • Tumores
  • Infecciones
  • Complicaciones quirúrgicas
  • Toxicidades por fármacos ó hierbas

No siempre da síntomas. A veces simplemente se la diagnostica por alteraciones en el hepatograma. Cuando es sintomática puede haber ictericia (coloración amarillenta en la piel y mucosas) y/o prurito (picazón intensa).  Si la colestasis está presente durante mucho tiempo (colestasis crónicas), pueden generarse algunas complicaciones en otras partes del organismo, como por ejemplo los huesos (osteoporosis u osteopenia)

Algunas mujeres pueden presentar colestasis durante el embarazo (colestasis gravídica), y requieren seguimiento en conjunto entre el obstetra y el hepatólogo

Dependiendo de cual sea la causa de colestasis, se realiza el tratamiento adecuado, es decir, que las colestasis son una manifestación de alguna alteración que hay que encontrar y tratar

Tumores Hepáticos Benignos y Malignos

Los tumores son alteraciones en los órganos ó tejidos que producen un aumento del volumen. Son células que presentan un crecimiento anormal. Pueden ser benignos ó malignos. Estos últimos son las llamadas enfermedades oncológicas (cáncer).

La mayor parte de los tumores hepáticos benignos, son encontrados en forma incidental, o sea de casualidad, cuando se realiza algún estudio de imágenes (ecografía, tomografía ó resonancia) por algún otro motivo. No suelen dar ningún tipo de síntoma, y la gran mayoría no se malignizan. Sólo requieren un adecuado diagnóstico, que suele ser mediante imágenes y no mucho más. Los adenomas son un tipo de tumor hepático benigno que se relaciona a la ingesta de anticonceptivos y hay que prestarles un poco más de atención. Hay muchos tipos de adenomas, y hay que vigilarlos radiológicamente porque un subtipo particular tiene la potencialidad de malignizarse.

Los tumores hepáticos malignos pueden ser “primarios” (se originan en el hígado) ó “secundarios”(se originan en otra parte y hacen metástasis en el hígado). El hepatocarcinoma (ó carcinoma hepatocelular) y el colangiocarcinoma son los tumores hepáticos malignos primarios mas frecuentes. El hepatocarcinoma comúnmente aparece en los hígados con cirrosis, aunque también (pero más raro), puede generarse sobre un hígado sano. El colangiocarcinoma es un cáncer de hígado que se origina en las células biliares, y tiene asociación con la hepatitis C.

Es importante poder distinguir entre benignos y malignos, ya que son dos evoluciones y dos formas de seguimiento completamente distintas.

Alteraciones Hepatobiliares

Se agrupan bajo este nombre a diferentes enfermedades que pueden o no ser del hígado, pero dan síntomas y signos relacionados al hígado o la vía biliar.

Muchas veces los médicos llamamos con este nombre inespecífico a alguna patología, hasta que logramos determinar el diagnóstico y ahí se le da el nombre y tratamiento preciso

Biopsia de Hígado

La biopsia hepática es un procedimiento invasivo que se puede realizar de varias formas y por varios motivos. Consiste en la extracción de una pequeña muestra de tejido hepático, para poder examinarla al microscopio en busca de signos de lesión o de enfermedad. Tu médico puede recomendar una biopsia de hígado si los análisis de sangre o los estudios por imágenes hacen sospechar que tal vez tengas alguna enfermedad hepática. Una biopsia de hígado también puede realizarse para determinar la gravedad de la enfermedad hepática. Esta información ayuda a guiar las decisiones del tratamiento.

Puede ser de las siguientes formas:

  • Biopsia hepática percutánea: Consiste en insertar una aguja a través de la piel, entre las costillas, luego de comprobar cual es el mejor lugar para hacerlo en forma segura y habiendo administrado previamente al paciente anestesia local. Previamente a la introducción de la aguja se realiza una pequeña incisión (corte) en la piel. El procedimiento en general dura muy pocos minutos, y la biopsia en sí, dura tan solo unos segundos (se coloca y se retira la aguja rápidamente).
  • Biopsia hepática transyugular: Se realiza en la sala de hemodinamia. Se administra anestesia local en el cuello, y en esa región se introduce una aguja y luego un catéter por el que se llega (a través de las venas), hasta el hígado y permite tomar varias muestras.
  • Biopsia hepática laparoscópica: Este tipo de procedimiento se hace en quirófano, con anestesia general. Se realizan algunas incisiones pequeñas en el abdomen, por las que se introduce el instrumental necesario

Los riesgos son bajos. Puede ocurrir dolor, sangrado, infecciones o raramente lesiones en otros órganos cercanos. Hay que aclarar que se elige el método más seguro para el paciente, y se toman todos los recaudos necesarios. Antes de hacer la biopsia el médico te debe explicar detalladamente el procedimiento, se te pedirá que vayas en ayunas y que realices una extracción de sangre para comprobar que la coagulación está bien, y disminuir los riesgos.

Luego del procedimiento, las personas quedan en observación durante un tiempo, y se les suele dar de alta en el mismo día. El material obtenido se coloca en formol, se lo prepara, y se lo analiza al microscopio. Esto puede demorar unos días, y en una visita de seguimiento, por consultorio, se te explicarán los resultados obtenidos.

Trasplante Hepático

Es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa el hígado del paciente,  que ya no funciona de forma adecuada, ya sea por insuficiencia hepática aguda o por cirrosis y se lo reemplaza con un hígado sano  (entero o partido), de un donante cadavérico, o con una parte de un hígado sano de un donante vivo.

Es una opción de tratamiento para personas con un grado tal de insuficiencia hepática, que no puede controlarse mediante otros tratamientos o para algunas personas cuyo hígado funciona en forma normal o aceptable, pero padecen cáncer primario de hígado (hepatocarcinoma).

Cuando se determina que una persona necesita un trasplante hepático, se lo evalúa mediante exámenes clínicos, de sangre, orina e imágenes y luego entra en lista de espera, con tiempos variables hasta que se le asigna un órgano.

Luego de la realización del trasplante a los pacientes se les da medicación inmunosupresora, para bajar las defensas y evitar o disminuir las posibilidades de un rechazo.

Hígado Graso (esteatosis)

Es el motivo más frecuente de consulta a hepatología en la actualidad. Hay muchas causas por las que una persona puede tener exceso de grasa en el hígado:

  • Asociado a excesivo consumo de alcohol
  • Asociado a lo que se conoce como Síndrome Metabólico:
  1. Insulino-resistencia ó diabetes
  2. Sobrepeso/obesidad
  3. Hipertensión arterial
  4. Dislipemia (colesterol y/o triglicéridos elevados en sangre)
  • Asociado a algunos desórdenes genéticos

Lo más frecuente es la asociación con Síndrome Metabólico. Incluso hay una tendencia a llamar a esta enfermedad Hígado Graso Asociado a Disfunción Metabólica. También existen asociación de factores (una persona puede tener diabetes y al mismo tiempo consumir alcohol en forma excesiva, con lo cual el exceso de grasa podría ser por la sumatoria de ambas causas)

La diabetes es el principal factor de riesgo para desarrollar hígado graso, e incluso para que el hígado graso empeore de estadio.

Tengo hígado graso: ¿Es grave? ¿Qué me puede pasar? ¿Qué tengo que hacer?
La gravedad del cuadro está dado por la presencia de fibrosis (son como cicatrices que van apareciendo en el hígado a consecuencia del daño crónico)

Las consecuencias (lo que te puede pasar) podemos dividirlas en 3 grandes grupos:

  • Hepáticas: Algunas personas con hígado graso terminan desarrollando cirrosis y/o cáncer primario de hígado (carcinoma hepatocelular, también llamado hepatocarcinoma)
  • Cardiovasculares: El hígado graso es un factor de riesgo cardiovascular, por lo que las personas que lo presentan tienen más riesgo de desarrollar angina de pecho, infartos, arritmias, accidentes cerebrovasculares (ACV)
  • Generales: Las personas con hígado graso tienen más riesgo de presentar osteoporosis, insuficiencia renal (probablemente por la asociación con la diabetes) y tumores del tubo digestivo (especialmente cáncer de colon)

¿Qué hacer?

  • Si tenés diabetes es importante verificar si tenés también hígado graso y viceversa
  • Consultar con un especialista en hepatología. El objetivo de esto, es determinar el estadio (o sea la fibrosis, que es el principal factor de gravedad)
  • Descartar la presencia de otras enfermedades hepáticas
  • Moderar el consumo de alcohol
  • Controlar todos los factores de riesgo que puedan estar asociados, como por ejemplo los del síndrome metabólico
  • Mantener un peso adecuado, para esto no existe la magia, ni las dietas milagrosas. Consultá con una nutricionista y realizá actividad física
  • Evaluar el estado de tu corazón, las arterias de los vasos de cuello, la densidad ósea, etc
  • Al momento de escribir este post (inicios del 2021), no existe ningún fármaco específico aprobado para el tratamiento del hígado graso. Si bien hay algunas opciones farmacológicas puntuales que pueden ayudar, estas deben ser individualizadas para cada caso

Los errores comunes…

X Creer que los valores del hepatograma alterados son únicamente por hígado graso. Lo correcto es descartar otras causas (aunque ya sepas que tenes hígado graso)
X Creer en anuncios milagrosos, como la limpieza hepática, etc.
X  Realizar dietas por tu cuenta
X No volver a la consulta (por vergüenza, miedo, etc) si dejaste la dieta, engordaste y dejaste la actividad física
X Pensar que el hígado graso te puede dar síntomas como distensión abdominal, dolores, etc
X No consultar con un especialista en hepatología

Hepatitis Virales

Hepatitis significa “inflamación del hígado”. En este caso me voy a referir únicamente a las hepatitis causadas por ciertos virus, llamados virus hepatotropos. Son 5: A-B- C-D- E.

Algunos puntos que tenés que saber:

Hepatitis A

Muy común en países subdesarrollados, o en vías de desarrollo, con pobres condiciones sanitarias.

Podés contagiarte  si ingerís alimentos o  agua contaminada con el virus. También se han reportado casos en Hombres que tienen Sexo con Hombres (HSH), donde probablemente el contagio sea por via sexual

La infección se puede diseminar fácilmente en lugares cerrados (jardines de infantes, colegios, hogares de ancianos, etc).

En general no da síntomas, sobre todo si si la adquiere en la infancia.

Hay una vacuna altamente efectiva, que está incorporada al calendario desde el año 2005 (se da una dosis a los 12 meses de vida). Es decir que si naciste antes de ese año y no te vacunaste, ni adquiriste la enfermedad, estas en riesgo de contagiarte, por lo que sería importante que consultes con tu médico para que determine si tenés que vacunarte

Población en riesgo:

  • HSH
  • Pacientes con desórdenes de la coagulación.
  • Personal gastronómico
  • Convivientes con pacientes con hepatitis A
  • Usuarios de drogas endovenosas
  • Empleados de maestranza que manejen residuos y servicios sanitarios
  • Personal de jardines maternales que asiste a niños menores de un año de vida.
  • Viajeros a zonas de alta o mediana endemia

Prevención:

  • Vacuna y/o inmunoglobulina
  • Lavado de manos después de ir al baño y antes de manipular alimentos
  • Beber agua embotellada si se visitan otros países (no consumir hielo, ni lavar frutas o verduras con agua de la canilla)
  • Si no estás seguro/a que el agua es potable, hervila o poné dos gotas de lavandina por cada litro de agua

Hepatitis B 

Se transmite principalmente por contacto directo con fluidos corporales como semen, secreciones vaginales o sangre, infectados con el virus de hepatitis B. Las formas más habituales de contagio son:

  • Relaciones sexuales sin preservativo
  • Compartir agujas, jeringas, canutos o elementos cortopunzantes con personas infectadas
  • Hacerse  tatuajes o piercing con material no descartable o debidamente esterilizado
  • Las mujeres embarazadas que tienen hepatitis B, pueden transmitir el virus durante la gestación

La mayor parte de las personas (95%) que se infectan, resuelven la infección en forma espontánea en un período de 6 meses. Sin embargo, existe un 5% que no logran esto y la infección evoluciona a formas crónicas (hepatitis B crónica).

La hepatitis B crónica presenta diferentes estadios, en los cuales las enzimas hepáticas, y carga viral oscilan en distintos valores. Los principales riesgos de esta forma de hepatitis B, es que puede provocar un daño hepático crónico, llevando a la persona infectada a padecer cirrosis ó cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular =CHC).

Este virus tiene la particularidad que una vez que ingresa a las células del hígado, desarrolla ciertos mecanismos que hacen que quede material genético viral “guardado”, por lo que puede presentar reactivaciones ante determinadas situaciones. O sea, dicho de otra forma, aunque un paciente sea del 95% que resuelve sólo la infección (ó del 5% que la sigue teniendo), dentro de sus células queda material genético del virus que puede reactivarse. Esto ocurre particularmente si el paciente debe ser sometido a tratamientos médicos (de otras enfermedades) que disminuyan la acción de su sistema inmune. Ejemplos de esto son:

  • Paciente que tuvo ó tiene hepatitis B, y tiene que hacer quimioterapia
  • Paciente que tuvo o tiene hepatitis B y debe recibir corticoides por un período prolongado, por ejemplo por una enfermedad reumatológica
  • Paciente que tuvo o tiene hepatitis B y debe recibir tratamientos con fármacos biológicos

Hay fármacos antivirales altamente efectivos que pueden utilizarse en caso de ser necesarios, y generalmente se les indican a ciertos pacientes con hepatitis B crónica y a los pacientes que serán inmunosuprimidos (hay que iniciar los antivirales antes de comenzar con los tratamientos mencionados antes). Estos deben ser indicados y monitoreados por profesionales competentes

Prevención

La mejor forma es la vacunación. Esta está indicada en:

  • Recién nacidos/as (dentro de las 12 horas de vida), y luego otras dosis a los 2, 4 y 6 meses de vida.
  • Trabajadores y trabajadoras de la salud.
  • Personas que reciben hemodiálisis y los que reciben múltiples transfusiones
  • Personas con enfermedad hepática crónica.
  • Personas con VIH.
  • Prisioneros y personal del servicio penitenciario.
  • Usuarias de drogas endovenosas.
  • Personas internadas por motivos de salud mental.
  • Personas que realizan trabajo sexual.
  • Convivientes y parejas de personas con hepatitis B.
  • Adolescentes y adultos/as no vacunados/as previamente

Para la prevención también es importante:

  • Evitar el contacto con sangre. Utilizar guantes de látex
  • Evitar compartir agujas, canutos u objetos de higiene personal, como máquinas de afeitar o cepillos de dientes.
  • Usar material descartable si se realizan perforaciones en la piel (tatuajes o piercings).
  • Usar preservativo en todas las relaciones sexuales durante toda la relación

Hepatitis C

Hay un “antes” y un “después” en esta enfermedad. Ese cambio lo marcan los Antivirales de Acción Directa (AAD). Estos fármacos permitieron que esta enfermedad sea curable en más de un 95% de los casos (globalmente hablando). El tratamiento dura entre 8 y 12 semanas, es por vía oral y muy seguro.

Este virus se contagia principalmente por sangre contaminada, por lo que determinadas personas presentan un riesgo mayor:

  • Personas que recibieron transfusiones o trasplantes antes de la década de 1990 (porque no se testeaban las unidades de sangre para determinar la presencia de este virus)
  • Personas con conductas de riesgo actuales o pasadas (consumo de drogas inhalatorias o endovenosas – personas con piercing y/o tatuajes realizados en forma insegura). Personas que realizaron o realizan acupuntura.
  • Prisioneros
  • Personas expuestas a procedimientos invasivos (médicos u odontológicos) en forma frecuente. Es lo que se llama “transmisión Nosocomial”.
  • Hijos de madres con hepatitis C
  • Contacto sexual con personas infectadas
  • Inmigrantes de países con alta prevalencia de hepatitis C

Prevención

  • Dado que no hay vacuna para este virus, la mejor forma de prevenirla es evitar los factores que pueden hacer que te contagies (los que puse arriba).
  • Actualmente se recomienda que toda persona mayor de 18 años se realice el testeo de hepatitis C al menos una vez en la vida. La enfermedad por lo general no da síntomas, así que hay que realizar el estudio específico.
  • Si consumís drogas, no compartas agujas ni canutos, y conviene que te repitas el test una vez al año mientras tu consumo de sustancias continúe
  • Preservativo durante toda la relación sexual
  • Exigí materiales esterilizados y/o descartables antes de hacerte un tatuaje, un piercing o cualquier tratamiento invasivo (esto incluye tratamientos estéticos)

Hepatitis D

Es muy poco frecuente en nuestro país. Este virus solo puede infectarte si tenés hepatitis B.

Prevención

  • Si te vacunás para el virus de hepatitis B, estas previniendo también la D

Hepatitis E

Es un virus más frecuente de lo que se suponía hasta hace unos años. Se contagia igual que la hepatitis A. Las formas habituales de contagio son la ingesta de mariscos y frutos de mar, carne de cerdo, ciervo o jabalí mal cocida y la ingestión accidental de agua contaminada con este virus durante, por ejemplo, la práctica de deportes acuáticos.

Causa hepatitis aguda que muy raramente pasa a ser crónica (las formas crónicas pueden verse en pacientes inmunosuprimidos).

Las formas agudas por lo general no requieren tratamiento, salvo en casos muy puntuales para determinados grupos de pacientes, y las formas crónicas se suelen tratar durante 12 ó 16 semanas, con altas tasas de curación.

Prevención

  • Hay una vacuna, pero no está disponible en nuestro país hasta el momento
  • Lavado de manos después de ir al baño y antes de manipular alimentos
  • Beber agua embotellada si se visitan otros países (no consumir hielo, ni lavar frutas o verduras con agua de la canilla)
  • Si no estás seguro/a que el agua es potable, hervila o poné dos gotas de lavandina por cada litro de agua
  • Prestar atención a los alimentos que ingerís, carnes bien cocidas

En resumen:

  1. Hay hasta el momento 5 virus llamados “hepatotropos” que pueden causar hepatitis. Se los denomina de la A a la E
  2. Para los virus de hepatitis A y B existe vacuna. Si te das la de la B, prevenís también la D
  3. Para la hepatitis C hay tratamientos altamente seguros y efectivos y hoy es una enfermedad curable
  4. Medidas como lavado de manos después de ir al baño y antes de manipular alimentos; utilizar 2 gotas de lavandina por cada litro de agua o hervirla, si no estás seguro/a que es potable, son formas de prevenir hepatitis virales
  5. La mayoría de las hepatitis virales no dan síntomas, por lo que hay que hacerse estudios específicos
  6. Exigí materiales descartables o esterilizados antes de realizarte cualquier procedimiento invasivo
  7. La utilización de preservativo, previene hepatitis virales (además de HIV, sífilis, chlamydia, etc,etc)
  8. Siempre consultá con un médico