Los tumores son alteraciones en los órganos ó tejidos que producen un aumento del volumen. Son células que presentan un crecimiento anormal. Pueden ser benignos ó malignos. Estos últimos son las llamadas enfermedades oncológicas (cáncer).
La mayor parte de los tumores hepáticos benignos, son encontrados en forma incidental, o sea de casualidad, cuando se realiza algún estudio de imágenes (ecografía, tomografía ó resonancia) por algún otro motivo. No suelen dar ningún tipo de síntoma, y la gran mayoría no se malignizan. Sólo requieren un adecuado diagnóstico, que suele ser mediante imágenes y no mucho más. Los adenomas son un tipo de tumor hepático benigno que se relaciona a la ingesta de anticonceptivos y hay que prestarles un poco más de atención. Hay muchos tipos de adenomas, y hay que vigilarlos radiológicamente porque un subtipo particular tiene la potencialidad de malignizarse.
Los tumores hepáticos malignos pueden ser “primarios” (se originan en el hígado) ó “secundarios”(se originan en otra parte y hacen metástasis en el hígado). El hepatocarcinoma (ó carcinoma hepatocelular) y el colangiocarcinoma son los tumores hepáticos malignos primarios mas frecuentes. El hepatocarcinoma comúnmente aparece en los hígados con cirrosis, aunque también (pero más raro), puede generarse sobre un hígado sano. El colangiocarcinoma es un cáncer de hígado que se origina en las células biliares, y tiene asociación con la hepatitis C.
Es importante poder distinguir entre benignos y malignos, ya que son dos evoluciones y dos formas de seguimiento completamente distintas.